El rooibos es una infusión que ha conquistado el mundo por su sabor único y sus beneficios para la salud. Aunque comúnmente se le llama “té rojo”, el rooibos no proviene de la planta del té, sino de un arbusto sudafricano conocido científicamente como Aspalathus linearis.
Originario de la región de Cederberg, al norte de Ciudad del Cabo en Sudáfrica, el rooibos ha sido utilizado durante siglos por comunidades indígenas locales, como los khoisan, quienes elaboraban una bebida reconfortante y medicinal a partir de sus hojas fermentadas. Sin embargo, la difusión mundial del rooibos no comenzó hasta principios del siglo XX, cuando fue comercializado por primera vez en grandes cantidades. Hoy en día, el rooibos es la bebida nacional de Sudáfrica y se exporta a más de 140 países.
El término rooibos significa “arbusto rojo” en afrikáans, en referencia al color que adquieren sus hojas tras el proceso de oxidación. Se cultiva en suelos pobres y bajo condiciones climáticas extremas, características que le permiten desarrollar una alta resistencia y riqueza nutricional. Existen dos tipos principales: el rooibos tradicional (oxidado, de color rojizo), y el rooibos verde (no oxidado, de color amarillo), siendo este último más rico en polifenoles antioxidantes.
Su sabor es suave, dulce y ligeramente afrutado, sin el amargor ni la astringencia presentes en otros tés. Además, es libre de cafeína y taninos, por lo que puede ser disfrutado por todas las edades y en cualquier momento del día.
El rooibos es mucho más que una moda; es una bebida cargada de historia, sabor y salud. Si buscas una infusión diferente, atrévete a descubrir el mundo del rooibos: una tradición africana ahora al alcance de todos.